Los astrónomos tenemos la gran fortuna de poder seguir sorprendiéndonos con hallazgos nuevos cada poco tiempo gracias a la inmensidad de un cosmos que siempre ofrece las más bellas rarezas y eventos inesperados. Poder contar con un laboratorio de más de cien mil millones de galaxias, cada una con miles de millones de estrellas y además poder observarlas en distintas fases de su evolución, gracias a la velocidad finita de la luz y a las distancias enormes que nos separan de ellas, es algo único y que no para de suministrar nuevas sorpresas a los científicos.
Una de las ramas de la astronomía que está aportando una cada vez mayor variedad de nuevos especimenes es la observación de galaxias cada vez más lejanas con cada vez más detalle. El Gran Telescopio de Canarias (GTC) está situado en el observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de la Palma, y es el telescopio óptico más grande del mundo, con un espejo primario de más de 10 metros de diámetro y una instrumentación en pleno desarrollo que constituye una herramienta única para la observación detallada de otras galaxias. Entre los objetos exóticos y nuevos que pueden estudiarse ahora en detalle se encuentran las galaxias enanas con brotes masivos de formación estelar.
Estas galaxias son muy importantes porque el modelo actualmente más aceptado de formación de galaxias después de la Gran Explosión sostiene que la mayoría de las galaxias comenzaron su vida como pequeños aglomerados de gas muy activos en la formación de estrellas que fueron luego fusionándose para crear estructuras mayores y más apacibles, como es el caso de nuesra Vía Láctea.
Entre la fauna diversa de estas galaxias enanas, las galaxias guisantes verdes son objetos muy brillantes y compactos, muchas veces confundidos con simples estrellas de nuestra galaxia. Muchos de de estos guisantes fueron descubiertos por voluntarios y aficionados que han inspeccionado a ojo interminables listas de imágenes. Su color verde es debido a que la mayoría de su luz es emitida por el gas ionizado por eventos masivos de formación estelar, pero apenas presentan la luz roja característica de poblacoines estelares más antiguas, por lo que se pensaba que estos objetos son galaxias genuinamente jóvenes.
Las investigaciones del grupo de Estallidos de formación estelar en galaxias, formado por investigadores de distintos centros españoles, incluyendo el Instituto de Astrofísica de Andalucía, ha usado observaciones espectroscópicas profundas de GTC para encontrar las estrellas viejas y medir abundancias químicas del gas que son compatibles con galaxias mucho más viejas de lo que se pensaba. Medir la cantidad de elementos químicos presentes en el gas, como el oxígeno o el nitrógeno, que han sido creados previamente en el interior de las estrellas y lanzados al espacio con la muerte explosiva de las mismas, da una idea del grado de evolución previo de una galaxia.
Ni guisantes ni renacuajos
Otro caso de galaxias enanas de gran interés son los renacuajos. En este caso la galaxia tiene una zona muy brillante en uno de sus extremos acompañada de una cola de estrellas mucho más débiles, como si fuera un cometa gigantesco. Como las observaciones se habían centrado hasta ahora en la zona más brillante, se pensaba que estas galaxias eran también objetos muy jóvenes. No obstante y de nuevo gracias al gran poder desentrañador de GTC, los miembros de Estallidos hemos podido analizar la naturaleza del gas y las estrellas en las zonas de bajo brillo superficial hallando vestigios de edades mucho mayores de lo que se pensaba hasta ahora y trazas abundantes de elementos químicos que sólo han podido ser producidos en varias generaciones previas de estrellas.
Después de todo, parece que ni guisantes ni renacuajos son como los ladrillos primordiales a partir de los que se hicieron las actuales galaxias. La respuesta más probable a la existencia de estas galaxias viene de la inevitable interacción entre las galaxias, una vez formadas, y los restos de gas que siguen rellenando los huecos entre las galaxias y que se denomina “red cósmica”. Cuando este gas es atrapado por una galaxia, ésta rejuvenece y vuelve a formar estrellas. A veces, los nuevos brotes de estrellas dominando todo el brillo de las galaxias, como los guisantes, y otras cayendo en uno de sus extremos dándole la apariencia de un renacuajo de cabeza brillante.
Seguiremos esperando telescopios más grandes, como el Telescopio Europeo Extremedamanete Grande (E-ELT) que se está construyendo en Chile y funcionará la próxima década, para seguir buscando los embriones de nuestro presente.